EL CASTILLO DE AYORA es un poema sinfónico que intenta ubicar al oyente dentro de las murallas del mítico castillo que custodia la localidad valenciana de Ayora. Los restos del castillo, conquistado por Jaime I, ocupan la cumbre de la prominencia en cuya base se alza la villa. De él quedan sobre el acantilado lienzos de muralla, una monumental puerta, la cuadrada torre del Homenaje, fosos, cisternas, portalones, fortificaciones y mazmorras.

  Lo formaban dos plazas fuertes cerradas por paredones, todo circundado por una sólida muralla de 5 a 6 metros de altura y unos 800 ó 900  de longitud. De cada lado del castillo partían también murallas que se unían a las que envolvían la población. En la parte baja de la fortaleza queda lo que fue su iglesia gótica, Santa María la Mayor, del siglo XIII.  

     La obra comienza con un tema melódico que resalta la grandiosidad y la belleza de la fortificación ubicada en lo más alto de la ciudad. Seguidamente, una danza modal simula parte de la vida social como el comercio, mercadillos y demás actividades cotidianas que se celebraban dentro de las murallas. La parte central, de carácter enérgico y fuerte, nos presenta la parte militar. La defensa y seguridad con la que los soldados del rey hacían valer su voluntad y defendían al pueblo de posibles invasiones. 

    La obra acaba retomando la belleza del castillo, que tras la rehabilitación realizada en los últimos años vuelve a dotar al pueblo de Ayora de un mágico ambiente medieval. 

​